A raiz de la catastrofe ocurrida en el vecino pais de Haití con el terremoto del 12 de enero, el pasado miércoles 27 reflexionamos en torno a nuestros niveles de compromiso solidario que deben existir en el seno de nuestras familias.
Para esta sesión contamos con la ayuda del Hno. Felix Lora fsc. cariñosamente Hno. Crispín quien nos motivo a la reflexión. El Hno. Crispín es actualmente director de la escuela San Juan Bautista De La Salle del barrio Simón Bolívar. Desde punto de vista de la Fe el Hermano, con su característica sensibilidad humana nos llevo por una experiencia de profunda espiritualidad . Compartió sus vivencias como educador de dilatada experiencia y de su compromiso de vida en comunidades marginadas .
"La injusticia y la desigualdad del mundo comenzo desde que el hombre dijo "esto es mio". Fueron sus palabras iniciales. Nos llevo por los caminos del evangelio y nos conmovio con sus relatos anecdoticos de su diario vivir. Vale recrear aqui uno solo que dice mas que miles. Doña Mima , vendedora de dulce coco que ella misma prepara se apareció en la puerta de la escuela del Simón Bolivar ,pregunto por el hermano y le ofreció a este un paño que envolvía una cantidad importante de monedas. Le dijo, "supe que la comunidad va a construir un techo de zinc a las casitas gemelas para dos familias haitianas. pues tome esto. Hay dos mil pesos, es el ahorro para arreglar el techo de mi casa pero yo puedo esperar, si me arrincono no me mojo pero ellos no." Donna Mima tienen mas de 70 años , segun nos contaba el hermano y vende sus dulces a pie por todo el barrio y otros barrios vecinos. Conmueve mas, el hecho de que esa suma de dinero era lo que le quedaba luego de ser objeto de un robo. "Usted dijo que hay que dar hasta que duela". No pude decirle que no. Eso es la solidaridad. Sentencio, concluyendo su relato.
Por ultimo compartió dos canciones que con sus letras añadieron mayor sentido y profundidad al tema pero antes nos alentó y animo con sus consejos a que llevemos este espíritu solidario siempre con nosotros y sobre todo que seamos agentes multiplicadores en nuestra sociedad, en nuestro entorno, en nuestras familias y en especial en nuestros hijos e hijos.
La solidaridad no se aprende de la noche a la mañana y es precisamente en la familia donde se pueden dar los primeros pasos. Desde compartir los juguetes, hasta realizar juntos una acción común, son muchas las posibilidades a través de las cuales los padres pueden ayudar a formar niños y niñas solidarios.
Es necesario reconocer quién soy y que compromiso tengo en mi familia y junto con mi familia ante la sociedad.
El niño aprende a ser generoso y solidario en el hogar.
Alentar a los niños a que compartan sus juguetes y libros, incentivar a los niños para que ayuden en los quehaceres de la casa o buscar la ocasión para pedir a los niños mayores cuiden a sus hermanos menores, "son pequeños grandes aprendizajes".
Lectura recomendada:
BASES para una EDUCACIÓN SOLIDARIA en la FAMILIA www.solidaridad.net
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